Los romanos se establecieron en El Plà de Barcelona con intención de construir un puerto. Así pues, la razón que originó la fundación de la ciudad fue el comercio, que normalmente se efectuaba en la playa, o bien en el puerto natural que existía a los pies de la colina de Montjuïc.
Nacida para comerciar
No sabemos ciertamente si se llegó a construir un puerto artificial, aunque en 2013 se descubrió un dique de contención que podría formar parte de él.
El estudio de este dique está resultando muy interesante, dado que, como en otros lugares del Imperio (destaca Cesarea Marítima), los materiales utilizados eran mucho más resistentes al entrar en contacto con el agua.
Especialidades locales
Desde la antigua Barcino se exportaba vino, pesca y garum. Esto lo sabemos gracias al hallazgo de numerosas ánforas en diferentes lugares del Imperio, como Pompeya, el valle del Garona, el valle del Ródano, o la misma Roma.
Barcino también destacaba por el comercio de esclavos, que eran un auténtico producto de lujo. Un esclavo costaba entre 2.000 y 8.000 sestercios. Un agricultor podía vivir todo un año con 400 sestercios y un legionario ganaba 900. Por lo tanto sólo las clases altas podían comprarlos.
Como cualquier otra ciudad romana, Barcino disponía de numerosos espacios públicos. Uno de los más populares eran las termas.
A ambos lados del Portal del Mar, en el siglo I-II dC se construyeron dos conjuntos termales públicos, uno para hombres y otro para mujeres.
Con las nuevas fortificaciones construidas en el s. III, las termas fueron remodeladas. Las masculinas, se convirtieron en parte de las nuevas fortificaciones. Las de las mujeres, quedaron fuera de la muralla y fueron destruidas. Sin embargo, hoy en día podemos ver sus restos en la Calle Regomir.
Relajándose en las termas
Dentro de las termas se seguía un circuito basado en un recorrido de espacios a diferentes temperaturas: la sala de agua fría, la de agua caliente y la de agua tibia.
Había además, una sala de masajes y un gimnasio.
De este conjunto termal se conserva la piscina del agua fría y restos de otra sala, pero parece que todo el complejo original tenía unos 1.500m2.
Sus dimensiones nos muestran la importancia de la Barcelona romana. Comerciantes, marineros y viajeros de todas partes las utilizaban como lugar de encuentro y de intercambio comercial y allí conseguían la información para hacer mejores negocios en la ciudad.
Puedes conocer más de los restos romanos de Barcino en nuestro tour por el Barrio Gótico.
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