En una bahía natural entre los ríos Ter y Fluvià se sitúa el conjunto arqueológico de Empúries. Unas 30 hectáreas de superficie conservan los restos de una ciudad griega y otra romana.
Las primeras referencias sobre la población de Empúries se remontan a la Edad del Bronce, en el siglo IX aC. Durante siglos, sus pobladores mantuvieron contactos comerciales con etruscos, fenicios y griegos. Sin embargo, no se han localizado restos de este poblado inicial, conocido como Indiké
Cruzar el Mediterráneo en busca de una nueva vida. La historia siempre se repite.
En tiempos de crisis, los agricultores de la Grecia del siglo VIII aC se veían obligados a contraer deudas, a menudo con intereses abusivos que podían llegar, incluso, al 100%. Quien no podía pagarlos se convertía en esclavo del creditor.
Muchos de estos agricultores, ante tanta presión, y antes de convertirse en esclavos, decidían emigrar.
Antes de partir, debían consultar al oráculo de Delfos, que les indicaba el lugar de destino de la expedición y nombraba a quien debía ser el líder. A continuación se elegía a un varón célibe de cada una de la familias que debían formar parte de la expedición de forma que estos jóvenes se hacían a la mar hasta que encontraban el lugar donde fundar una nueva colonia. Si no conseguían encontrar el lugar idóneo no podían regresar hasta que no hubiesen pasado cinco años desde su partida.
Fue así como griegos procedentes de Focea y descendientes de antiguos atenienses llegaron a las costas del Mediterráneo occidental hacia el año 600 aC. Unos 25 años después fundaron Massalia, la actual Marsella, y desde allí llegaron a la costa ibérica y fundaron Empúries. Desde Focea a Empúrias eran necesarios 90 días de navegación que se hacían entre mayo y septiembre.
El asentamiento inicial se situaba en un islote de unos 300 metros de perímetro situado a escasos 100 metros de la línia de la costa. Seguramente esta distancia les hacía sentir más seguros. Desde allí, comerciaban con los indígenas, los íberos indigetes, establecidos en la línia costera. Este primer asentamiento se conoce con el nombre de Paleópolis y corresponde con el actual emplazamiento de Sant Martí d’Empúries.
El comercio trae vida y lo hace crecer todo
Unos 50 años después, una nueva ciudad comenzó a desarrollarse en tierra firme, la Neápolis. Fue bautizada como Emporion y sus restos son visibles en la parte del recinto arqueológico más cercana al mar.
Los grandes silos que pueden apreciarse demuestran que la exportación de cereal era una de las principales actividades de Emporion. Aunque también obtenían, y comerciaban, con metales como el hierro, el cobre o la plata. Incluso parece ser que desde aquí, y remontando los ríos Llobregat y Cardener, llegaron a Cardona para conseguir sal.
Empúries influenció de forma evidente la vida de los indigetes autóctonos, de forma que se originó una nueva cultura local y la ciudad quedó dividida en dos partes: la parte más antigua, griega, y la parte íbera, que también estaba amurallada.
A pesar de que en los primeros tiempos tras su fundación Empúries dependía de Marsella, hacia el año 500 aC ya se independizó, y no mucho después comenzó a ver crecer su población gracias a la llegada de otros foceos que llegaban huyendo de las conquistas persas y las guerras contra cartagineses y etruscos.
En el siglo IV aC Empúries acuñaba sus propios dracmas de plata con una figura femenina, con un pegaso o con unos delfines. A finales del siglo II aC se creó también una ceca en el poblado de Indiké, en la que hacían imitaciones de monedas griegas acuñándolas en bronce.
Y llegan los romanos
El año 218 ac, en el contexto de la Segunda Guerra Púnica, desembarcó en Empúries el consul Publio Cornelio Escipión, dirigiendo las legiones que venían a cortar la retaguardia de Aníbal. Empúries se convirtió en el centro receptor y distribuidor de las tropas romanas hacia el resto de la Península. Los oficiales se instalaron en la zona griega, que les ofrecía más confort y seguridada y las tropas se establecieron alrededor de la ciudad.
Pero de esto ya hablaremos en otra ocasión.
Si quiere visitar el yacimiento arqueológico de Empúries y saber mucho más de la cultura griega en nuestra tierra, no se pierda nuestras excursiones por la Costa Brava. Combinar cultura antigua con paisajes costeros y pueblos medievales es una de las mejores formas de disfrutar de esta parte del Empordà.