Cuando hoy en día visitamos una iglesia antigua, estamos acostumbrados a ver el color de la piedra natural y a menudo creemos que siempre ha sido así. Pero en la Edad Media, las iglesias estaban completamente pintadas. Y la piedra natural casi no podía verse.
Iglesias llenas de color
Las iglesias se pintaban al fresco. Y la temática era siempre moralista y religiosa. Se trataba de transmitir el mensaje de Dios.
El tema más representado era el del Cristo en Majestad. Cristo Dios, sentado en el interior de una mandorla que representa la perfección y la unión entre el mundo divino y el mundo celestial, en referencia a la doble naturaleza de Jesús.
La obra más conocida de esta temática es el llamado Pantocrátor de Sant Climent de Taüll que se expone en la colección de arte románico del MNAC, en Barcelona.
Alrededor del Cristo en Majestad se sitúan los cuatro símbolos asociados a los evangelistas: el león, el águila, el buey y el ángel de acuerdo con las visiones del Apocalipsis de San Juan, pero también de los profetas Isaias y Ezequiel. En la parte inferior aparecen algunos apóstoles y la Virgen María.
Tal y como sucede en las obras de pintura románica, las caras de los personajes representados son todas iguales y no se diferencian practicamente entre sí. Por eso los artistas escribían junto a ellos su nombre y esto, más el atributo que llevaban, ayudaban a que los fieles les pudiesen identificar.
La iglesia de Sant Climent de Taüll se consagró el 10 de diciembre de 1123. Lo sabemos con exactitud porque una inscripción en una de las columnas nos los recuerda. También esta inscripción se conserva en el museo.
Artistas anónimos para auténticas obras de arte
El autor de las pinturas es desconocido, como en la mayoría de obras hechas en el período románico.
Los artistas de aquella época eran itinerantes y se desplazaban allá donde eran contratados. Viajaban en grupo y, además del maestro, siempre había, al menos, un oficial y un aprendiz. El oficial solía decorar las paredes laterales pero el ábside central, que era la parte más importante del conjunto, era obra del maestro.
En este caso, los historiadores del arte hablan de este artista como del Maestro de Taüll, porque esta es la más importante de todas las obras que hizo.
Aunque no sabemos mucho sobre él, parece ser que se trataba de un grupo originario de Italia. Se habrían inspirado especialmente en mosaicos del último período romano o en miniaturas de manuscritos. Además de estas influencias, estos artistas utilizaban también materiales y objetos de trabajo de su país.
La mejor colección de frescos románicos de Europa
Estos frescos fueron arrancadas entre 1919 y 1923 por un grupo de técnicos italianos siguiendo la técnica del strappo. Con la misma técnica se arrancaron otras muchas, algunas de las cuales están expuestas en el MNAC desde 1934.
Además de los frescos, el museo también presenta una magnífica colección de otros objetos litúrgicos de la misma época. Si quieres visitar la colección de arte románico del MNAC la próxima vez que vengas a Barcelona, no dudes en consultarnos.
Las pinturas de Sant Climent de Taüll provienen del Valle de Boí, donde se sitúa un conjunto de iglesias románicas que la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Si quieres aprovechar tu estancia en Cataluña para conocer el lugar de origen de las pinturas, no puedes perderte una escapada al Valle de Boí. Contacta con nosotros si necesitas información al respecto y te ayudaremos a preparar tu viaje.
Y si mientras tanto quieres leer un poco sobre el tema, en tu librería de confianza puedes encontrar algunas novelas que se sitúan en la época y en el ambiente. Nosotros te recomendamos Strappo, El legado del valle o El maestro de Taüll.