Arco de Triunfo de Barcelona

El arco de triunfo de Barcelona

El arco de triunfo de Barcelona es uno de los monumentos que se conservan en la ciudad del que fue el recinto de la Exposición Universal celebrada en 1888.

Muchas ciudades presumen de tener un arco de triunfo. Entre los más célebres podemos recordar los de la antigua Roma dedicados a los emperadores Constantino y Tito; el de Orange, dedicado a los legionarios que conquistaron la Galia; el de Palmira, dedicado al emperador Séptimo Severo y que fue destruido en 2015 por los bombardeos de Daesh, o sin duda, el primero que nos viene a la cabeza, el de París, dedicado a las victorias de Napoleón. Pero en Barcelona tenemos también un arco de triunfo.

Un arco de triunfo para conmemorar una victoria no militar.

El arco de triunfo de Barcelona, a diferencia de todos los anteriores que hemos mencionado, no se hizo para conmemorar ninguna victoria militar. El arco de triunfo de Barcelona fue construido para ser la puerta de entrada al recinto de la Exposición Universal de 1888, situado en el espacio que hasta poco antes ocupaba la Ciudadela que en 1714 construida por orden de Felipe V al finalizar la guerra de Sucesión para controlar a la ciudad tras el largo asedio que había terminado el Once de Septiembre de 1714.

Con la celebración de una Exposició Universal, Barcelona quería darse a conocer al resto del mundo, recuperar su antigua importancia económica y comercial y volver a ser una de las grandes ciudades del Mediterráneo. La construcción de un arco de triunfo se convertía en un símbolo de superación después de los siglos de decadencia precedentes.

El arquitecto encargado de construirlo fue Josep Vilaseca i Casanovas, un colaborador habitual de Lluís Domènec i Muntaner, que fue el gran arquitecto del proyecto de la Exposición. Al igual que Domènec i Muntaner, Josep Vilaseca utilizó el ladrillo para construirlo.

El ladrillo no es un material tan noble como la piedra, pero en Barcelona cobraba una simbología adicional. El ladrillo ayudaba a simbolizar que buena parte de aquel triunfo, de aquella victoria, había sido consecuencia de la revolución industrial y de las fábricas textiles existentes en la ciudad. Y los edificios de las fábricas, todos, estaban construidos con ladrillo.

Neo-mudéjar en Barcelona

En la Europa de finales del XIX, y antes de la llegada del modernismo, se empezaron a desarrollar movimientos eclecticistas que recordaban los momentos históricos de cada país. Es la llamada época de los «neos», en los que el neogótico, el neorománico o el neoclásico triunfaban en el mundo de la arquitectura.

En este contexto, algunos especialistas clasifican al arco de triunfo de Barcelona como una construcción de estilo neo-mudéjar. Y aunque es cierto que el mudéjar no fue un estilo especialmente relevante en la Cataluña medieval, si lo fue en la Corona de Aragón, y mucho. De hecho, en las impostas del arco, se pueden ver relieves que representan al murciélago, que era el emblema del rey Jaime I el Conquistador. Fue durante su reinado que se produjo la conquista de Mallorca y la conquista de Valencia que representaron el inicio de la expansión política y comercial de la Corona de Aragón por el Mediterráneo.

Escaparate nacional

Las Exposiciones Universales eran, desde mediados del siglo XIX, una magnífica oportunidad para las ciudades que las organizaban de presentarse al mundo. Habitualmente se celebraban en París y en Londres que en ese momento se turnaban y competían por la capitalidad, cultural y económica, de Europa. Sin embargo, en algunas ocasiones, otras ciudades conseguían romper esa bipolaridad y celebrar ocasionalmente, una Exposición Universal que aunque suponía para ellas una enorme inversión, a la vez se convertía en lo que hoy llamaríamos una macro promoción turística.

Pero el arco de triunfo de Barcelona era también una referencia al resto del país. El escudo de Barcelona, aun siendo el mayor de todos, está acompañado del de todas las provincias españolas. En la parte superior de cada una de las fachadas, unos frisos hechos con cemento portland (material ultra moderno en aquel momento) representan una alegoría de la propia exposición. En ellos se representan personajes mitológicos que podrían identificarse con algunas de las naciones participantes. Y coronándolo todo, el escudo de la monarquía española, flanqueado por dos leones.

La Exposición Universal de 1888 marca un antes y un después en la historia de Barcelona. En La ciudad de los prodigios, Eduardo Mendoza plasmó de una forma muy amena la gran transformación que supuso para la ciudad. Y también para la gente que vivía en ella en aquel momento.

Si vas a visitar Barcelona te darás cuenta de cómo la ciudad se ha ido forjando a fuerza de organizar y celebrar grandes eventos. Aunque los Juegos Olímpicos de 1992 es el acontecimiento que tenemos más grabado en la memoria, la transformación de Barcelona empezó en 1888 con la 1ª Exposición Internacional, continuó en 1929 con la Exposición Internacional celebrada en Montjuïc y continúa con los preparativos de la próxima edición de la Copa América de Vela que tendrá lugar en este 2024.

Con nuestras visitas guiadas te explicaremos cómo se ha ido forjando la ciudad y como el paso de la historia y la organización de estos eventos han ido modelando la ciudad que visitas.

Descubriendo Barcelona

Una visita panorámica para conocer los lugares más emblemáticos de la ciudad, con paradas para fotografiarla desde todas las perspectivas.

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