La Barceloneta es uno de los barrios más populares de la ciudad. Todo el mundo lo conoce porque es el barrio de la playa más famosa de la ciudad, de los restaurantes de pescado y marisco o de los bares de tapas. Lo que no todos saben es que el espacio que ocupa había sido antiguamente una isla. Ni tampoco que el origen del barrio fue de carácter militar.
UN DISEÑO MILITAR
El ingeniero Juan Martín Cermeño diseñó el barrio de la Barceloneta siguiendo un antiguo proyecto de Prosper Van Verboom. Promovida por el Marqués de la Mina, la urbanización comenzó en 1753. Como la Barcelona del momento estaba bajo control militar, el diseño priorizaba el movimiento del ejército por las calles del barrio.
En primer lugar, se destruyeron los barracones de los pescadores y marineros que se habían instalado después de 1714 y se trazaron calles rectas. El objetivo era que si alguna vez se hacía una carga con la caballería, no se pudiera organizar ninguna emboscada. Se entraba al barrio por un lado y se salía por el otro.
La altura de los edificios también quedaba marcada por criterios militares. Las construcciones no podían sobrepasar el ancho de las calles. De esta manera no restaban visibilidad a los cañones que, desde la Ciudadela, apuntaban al puerto.
Todas las casas eran iguales. Tenían 120 metros cuadrados, con planta baja, primer piso y tejado, así que tenían unos 60 metros por planta. Tenían acceso por delante y por detrás, y en la fachada había tres aberturas por cada piso; en la planta baja, dos ventanas y la puerta, y en el segundo piso, dos ventanas y la salida al balcón.
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
A partir del 1857 la Barceloneta pasó a jurisdicción municipal. Hasta entonces había estado bajo control del ejército. Fue entonces cuando se construyó el mercado y también se permitió aumentar la altura de los edificios.
Coincidiendo con la revolución industrial y debido a la proximidad de la playa, muchas fábricas comenzaron a instalarse en el barrio. Entre las más importantes destacaron los Talleres Nuevo Vulcano en 1836, el Gasómetro en 1840 o La Maquinista Terrestre y Marítima en 1856. Estas fábricas atrajeron a muchos de los obreros que trabajaban en ellas a buscar una vivienda de alquiler lo más cerca posible del lugar de trabajo.
EL CUARTO DE PISO
Esta demanda de espacios para vivir hizo que muchos propietarios quisieran sacar el máximo provecho. Muchos de los edificios originales fueron ampliados con pisos adicionales. Pero además, muchos de los que ya existían se dividieron en dos apartamentos por piso. Es lo que en la Barceloneta llaman el Cuarto de Piso.
De esa forma, de una casa de 120 m2 para uso de una sola familia se pasaba a 4 apartamentos de 30 m2 para 4 familias diferentes. Como además había que hacer una escalera independiente de acceso al piso superior, se tapiaron muchas ventanas. Esto hizo que el interior de los pisos fuera aún más asfixiante. Tanto, que las mujeres salían a coser al balcón o a la calle.
También la gente que trabajaba en pequeños talleres en los bajos de esas casas, lo hacía en la calle. Y además la ropa se tendía en los balcones y el agua caía directamente sobre las aceras. Todo esto obligaba a los habitantes de la Barceloneta a caminar siempre por mitad de la calzada.
Por esa razón, el resto de habitantes de Barcelona decían que se conocía a la gente de la Barceloneta porque eran los que siempre andaban por el medio de la calle.