Tots Sants, panellets i castanyes

Llega el día de Todos los Santos, tiempo de castañas y panellets en Cataluña

Un año más, el día de Todos Los Santos se acerca y con él, la tradición de comer castañas, panellets y boniatos. En Cataluña le ponemos color y dulzor a esta fiesta, a la que conocemos también como la Castañada. Si nos lees hasta el final, te explicaremos cuál es ...

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Un año más, el día de Todos Los Santos se acerca y con él, la tradición de comer castañas, panellets y boniatos. En Cataluña le ponemos color y dulzor a esta fiesta, a la que conocemos también como la Castañada.

Si nos lees hasta el final, te explicaremos cuál es nuestra receta para hacer los panellets en casa.

El día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos: dos celebraciones que se mezclan en una sola fiesta

La evolución de la vida ha hecho que estas dos celebraciones se conviertan en una sola pero, tal como acabamos de decir, en realidad son dos celebraciones diferentes.

El día de Todos los Santos se celebra el día 1 de noviembre. El día siguiente, día 2, es el Día de los Difuntos. ¿Y cuál es la diferencia? Pues la diferencia está en l’origen de las celebraciones que, por cierto, es muy antiguo. Así que, empecemos por el principio.

Recordar a los difuntos. Una tradición pagana reciclada por el cristianismo.

Efectivamente, la costumbre recordar a los difuntos es, como tantas otras celebraciones cristianas, mucho más antigua que el cristianismo. De hecho, esta en concreto, proviene de los celtas.

La cultura celta consideraba el ciclo anual dividido en 2 periodos, el de la luz y el de la oscuridad. El de la luz, correspondiente a la primavera y al verano, era el momento de esplendor de la vida. El de la oscuridad, el otoño y el invierno, era la época en que el día se iba acortando y las cosechas habían terminado; así pues, lo consideraban como una especie de tiempo de hibernación, prácticamente una muerte de la naturaleza. En el momento de transición entre ambos periodos recordaban a sus difuntos durante la Samhain. Según creían, este era el momento en que los dos mundos, el de la vida y el de la muerte, estaban más cerca que nunca.

Pero este recuerdo a los difuntos no es el que conmemora el día de Todos los Santos

De hecho, la veneración a Todos los Santos (mártires) la instituyó el Papa Bonifacio IV, en el siglo VII. Fue él quien decidió transformar el Templo de todos los dioses de Roma (si, si, el Panteón de Agripa en Roma) en una iglesia. Y puesto que lo más cercano a todos los dioses eran todos los santos le dieron esta advocación. Además, le añadieron también el culto a María, y así nació la iglesia dedicada a Todos Los Santos más antigua que existe.

Parece ser que en un primer momento, el día en que se conmemoraba la fiesta de Todos los Santos era en primavera, por aquello se relacionarla con la Pascua y la muerte y resurrección de Jesús.

Pero visto que la gente continuaba manteniendo los rituales en recuerdo de los difuntos en otoño, fue otro papa, Gregorio IV quien a mediados del siglo IX, decidió que la celebración de Todos los Santos fuese el 1 de noviembre. Además, ordenó que fuese una de las fiestas principales del año litúrgico. Seguramente porque había mucha gente que lo celebraba.

Y para acabarlo de organizar, en el año 988, los monjes de Cluny establecieron que la primera eucaristía del día 2 de noviembre, fuese en recuerdo de todos los difuntos, no solo de aquéllos que fueran santos. Establecieron también, que desde la vigilia del día 1 de noviembre y hasta el momento de celebración de la misa, las campanas sonarían toda la noche, sin cesar.

En resumen, que aunque nosotros mezclamos ambas celebraciones en un solo día, en realidad el día 1 es el Día de Todos los Santos y el día 2 es el Día de Todos los Difuntos.

Las castañas y los panellets, protagonistas gastronómicos del Día de Todos los Santos

Ahora que hemos intentado aclarar un poco el origen de la tradición, vamos a ver cómo la celebramos en Cataluña.

Lo de ir al cementerio a llevar flores es una costumbre que hemos heredado de los romanos.

Ellos también lo hacían, pero no solo llevaban flores sino que, para tener contentos a los difuntos, les llevaban también comida y vino. ¿Te has fijado alguna vez en los pequeños agujeros que hay en las tumbas que se conservan en muchas necrópolis romanas? ¿Sabes para qué servían? Pues si, se usaban para poder introducir los alimentos compartidos con el difunto. Se creía que si no se cumplía esta tradición, su espíritu vagaría sin descanso y sería una mala influencia para los vivos. Se trataba de tener a los difuntos tranquilos y contentos para que velasen por la seguridad y prosperidad de la familia que seguía viva.

En realidad, en Cataluña esta tradición de llevar comida a los muertos se mantuvo durante mucho tiempo, hasta que en el siglo XV quedó prohibida.

Quién sabe si los panellets, moniatos, castañas y el vino moscatel no son una transformación de aquellos panes y frutas que formaban los ágapes funerarios romanos.

Panellets y castañas por doquier

De todas formas, la costumbre más generalizada en Cataluña de comer panellets, castañas y boniatos el día de Todos los Santos proviene del siglo XVIII. Hasta aquel momento, el azúcar era un producto carísimo, pero con la apertura de los puertos catalanes al comercio con América, el azúcar comenzó a llegar con más facilidad y a mejor precio. Así pues, empezaba a ser más barato y por tanto, mezclarlo con almendra local, que era producto de proximidad, para hacer el mazapán, empezaba a no ser tan caro.

A menudo se organizaban loterías para darlos a conocer y también se instalaban puestos en las ferias de Todos Santos donde los panellets se vendían junto con las castañas, que las castañeras bajaban a vender a la ciudad, asadas y calentitas, acabadas de hacer.

Hasta entonces, es probable que las castañas asadas fuesen solo un alimento de subsistencia para los campaneros. Puesto que tenían que estar toda la noche tocando a difuntos, la gente les llevaba productos de temporada, cocidos y calentitos. Castañas, almendras, boniatos y vino dulce eran la forma más sostenible de hacer pasar el frío, el sueño y el hambre.

El caso es que poco a poco los panellets se fueron haciendo más populares y se convirtieron en los protagonistas del día. Incluso han conseguido un reconocimiento internacional porque la Unión Europea los considera una de las 4 especialidades tradicionales garantizadas producidas en España.

Ahora toca hacer panellets en casa!!!

Hoy en día se pueden comprar panellets en todas las pastelerías de Cataluña desde unos días antes a la fecha en cuestión. Pero también hay muchas familias que los hacen en casa. Son fáciles de hacer, salen mejor de precio y ayudan a pasar un rato entretenido a toda la familia, primero haciéndolos y luego comiéndolos.

Aquí os contamos como los preparamos en casa, aunque si buscáis en internet seguro que encontrareis un montón de variantes sobre cómo hacerlos.

Como hacer panellets caseros

Ingredientes:

  • 500 g de almendras crudas molidas
  • 400 g de azúcar
  • 200 g de patata o boniato
  • la piel de un limón
  • margarina
  • harina
  • huevo

Preparación:

  • En primer lugar, hervimos las patatas (o boniatos) con piel. Cuando estén blandas, escurrirlas y antes de que estén frías, pelarlas y preparar con un tenedor un puré. Cuando lo consigamos, dejarlo enfriar completamente.
  • Añadimos el azúcar, la almendra molida y la piel del limón rallada.
  • Con un tenedor (o con las manos bien limpias, como prefiráis) lo mezclamos todo, sin remover demasiado para que no se ablande mucho hasta que todos los ingredientes queden bien unidas. Esto es lo más importante.
  • Esta es la masa base de cualquier tipo de panellets. Lo que hay que hacer a continuación es ir cogiendo un poco de esta masa para ir haciendo las bolitas que luego decoraremos según el tipo de panellets que queramos hacer.

Panellets de piñones.

Estos son nuestros favoritos y super fáciles de hacer.

Lo primero que hacemos es extender los piñones en una bandeja. A continuación separamos la clara y la yema del huevo y tomamos una bolita de masa para untarla en la clara. Lo siguiente será pasarla por la bandeja donde tenemos los piñones de manera que queden pegados al panellet base. Por último, lo pintamos con la yema del huevo para que queden doraditos al ponerlos en el horno.

Para hacer panellets de almendra, de cereza o de membrillo, lo único que necesitas es decorar la bolita base con un trocito de aquello que queráis.

Ahora solo te faltará ponerlos en el horno, durante 8 o 10 minutos a una temperatura de 225/250º.

Acompáñalos con un poquito de moscatel o vino dulce. Ya verás que están deliciosos!!

Esperamos que os gusten y que os haya gustado esta nueva entrada.

1 comentario en «Llega el día de Todos los Santos, tiempo de castañas y panellets en Cataluña»

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